MANOLO RUIZ HIERRO

Buenas y elegantes tardes.

La pasada tarde mi compadre José Luis, al que desde esta tribuna mando un afectuoso saludo, me contó una historia curiosa. Resulta que su tío es el autor de la melodía que suena en la mayoría de ascensores cuando púlsanos el botón de alarma. Es decir, usted por ejemplo baja en un nuevo y flamante ascensor OTIS, se queda parado, pulsa el botón de alarma y suenan repetidamente como si fuera a llegar el mismísimo apocalipsis tres notas na-ni-no. Pues esa sucesión notas las compuso el padre de mi amigo, pero si por algún casual creen que gracias a esa mini composición hace largos de crol en billetes pues se equivocan, porque fue su tío el que siendo empresario del sector registró ese reconocible sonido y cada vez que en un ascensor ponían el pitidito con su melodía, él ganaba pasta; cada vez que sonaba el timbre del ascensor, la SGAE venía, trincaba y él ganaba pasta. Mientras tanto su hermano tan solo se llevó un dinerito por la venta de su composición y nunca fue reconocido como autor de dicha melodía por lo que nunca podrá optar a ganar ingentes cantidades de dinero a modo de compensación por su creación, quedando completamente en la sombra.

Por alguna extraña relación mi cerebro comenzó a pensar en la historia, de ahí le llevó a otra cosa, después relacionó con otra y luego con otra y al final me acordé de Manolo Hierro. No porque Manolo fuera el genio en la sombra de una generación de hermanos, pero de alguna manera si fue el hermano más secundario de todos los que se dedicaron al fútbol.

Nacido en Vélez Málaga el 8 de febrero de 1962, Manolo era conocido en la cantera malaguista como Hierro II, dado que  por delante y con su mismo apellido tenía a su hermano Antonio, tres años mayor que él y con más tiempo en el club. A pesar de esta diferencia Manolo consiguió debutar con el primer equipo antes que su hermano, cuando contaba con tan solo 18 años pero sin embargo sus apariciones temporada por temporada eran poco menos que anecdóticas y mientras Hierro I se erigía como jefe de la zaga malaguista, Hierro II no conseguía superar los cuatro envites por campaña debido también a que era tapado en su puesto por su propio hermano. Cuatro años tardó en consolidarse en el primer equipo Manolo hasta que en 1986 decidió abandonar su equipo de toda la vida y aceptar la oferta del Valladolid, llevándose con él a su hermano pequeño Fernando al que el Málaga había rechazado, negándole la posibilidad de ser Hierro III, por lo que pasó a ser conocido como Hierro II en pucela mientras que Manolo asumió los galones que significan ser Hierro I. 

No tardaron mucho en la capital del Pisuerga de considerar la operación como de muy exitosa, pero no precisamente por el rendimiento de Manolo (que era titular en el primer equipo), si no porque el pequeño e la saga iba como un tiro y no tardaría en hacerse un hueco junto a su hermano en el primer equipo. El rumor de que un tal Hierro apuntaba a figura en Valladolid llegó hasta los oídos de los dirigentes del Barcelona que rápidamente quisieron hacerse con los servicios de la nueva joya y le ofrecieron al Valladolid 150 millones de la época por el central, lo que el equipo albivioleta aceptó encantado, traspasando en febrero a Manolo al Barcelona para el siguiente año. Sin embargo comenzó a correr el rumor de que el Barça se había equivocado y que a quien el nuevo entrenador (un tal Johan Cruyff) había recomendado fichar era a Fernando, que a Manolo no lo quería para nada y algo de esto tuvo que haber porque nada más ser presentado le preguntaron por el tema y por su posible salida a lo que Manolo contestó "Vengo a un club serio, no creo que aquí sucedan cosas así". No debía ser un club tan serio cuando efectivamente no llevaba ni dos meses de culé cuando se le cedió junto a Juan Carlos Rojo y al involutivo capilarmente Calderé al Betis con la excusa de que se fuera fogueando para que al año siguiente sustituyera a Migueli que se retiraba al final de temporada.

En el equipo verdiblanco Hierro juega con cierta regularidad, aunque en ningún momento consigue hacerse titular indiscutible, aunque si es el jugador nº 12 de la plantilla. En total juega 24 partidos y anota un gol, precisamente en el empate contra el CD Málaga, pero lo más destacado del paso de Hierro por el Betis no ocurrió en el terreno de juego, sino entre bambalinas, ya que cuentan las malas lenguas (ya ven que a falta de convertirse en leyenda, al menos se convirtió en un jugador con muchas leyendas…) que fue Manolo Hierro (junto a Chano o Pumpido depende de la versión) quien fue el traidor de Tenerife en la promoción contra el equipo canario que acabó con el Betis en segunda. Hierro no jugó aquella promoción ya que según dicen se autodescartó de manera extraña, sucediendo en la ida de la misma situaciones verdaderamente estrambóticas que hicieron perder al Betis por 4-0 con la consiguiente sospecha del respetable.

Fuere como fuere el caso es que Manolo curiosamente acabó al año siguiente en el Tenerife y su hermano en el Real Madrid. Manolo permaneció en el equipo canario durante cuatro años, retirándose con tan solo treinta a causa de las lesiones y su hermano se convirtió en un defensa reconocido mundialmente por lo que como ya había sucedido al inicio de su carrera Manolo se convirtió en el “hermano de Hierro” siendo considerado de nuevo como el pariente en la sombra.

Tras su retirada Manolo Hierro ha hecho un poquito de todo: ha sido director deportivo y entrenador “del club de la comedia” del Málaga, ha entrenado al Puertollano o ha sido Concejal de deportes de Vélez-Málaga al que se presentó como independiente en la lista del Partido Andalucista.