Los porteros no acostumbran a tener que verse en la situación de tener que meter goles, ya que su labor es todo lo contrario, pararlos. Sin embargo, hay excepciones que demuestran que los porteros también tienen el poder de anotar goles si su equipo lo requiere.
Los ejemplos del fútbol sevillano son Toni Prats y Andrés Palop.
Comencemos por Toni Prats. Temporada 1999-2000. El equipo del barrio de Heliópolis se marcha a Segunda tras una desastrosa temporada en la que es el conjunto menos realizador de toda la categoría con sólo 33 goles. En esa plantilla militaban gente como Karhan, Otero, Valerio, el Chirola Romero, Benjamín, Juan Jesús, Solozábal, Denilson o Andrei, siendo entrenados por Griguol ("¿Quieres sentirla en el pecho?"), Hiddink y Hadzibegic (en descargo de este último, decir que tuvo la mala suerte de coger al equipo casi desahuciado y de perder únicamente el partido clave), vamos, pura crema.