Tras
realizar las pruebas de imagen pertinentes, y según informan los servicios
médicos del Betis a Juan Carlos Ollero, presidente del Betis, le ha sido
diagnosticada una luxación grado III en la lengua. Se está estudiando
actualmente, aunque probablemente dicho infortunio requiera de intervención
quirúrgica y, a consecuencia de ello, un periodo aproximado de al menos diez semanas de rehabilitación en los que
el presidente del Betis no podrá articular palabra y deberá seguir una dieta a
base de papillas y líquidos.
Según testigos presenciales del momento en el que el
presidente se lastimó, varios compañeros del Consejo de Administración bético
le habrían recriminado a su mandamás que se saltara el protocolo de relaciones
institucionales establecido con unas “muy
loperianas” manifestaciones en las cuales declaró que el rival del
Sevilla FC en la final de la Europa League era
el “Níspero”. La directiva
verdiblanca aboga por mantener unas relaciones cordiales con el eterno rival,
así como con cualquier otra institución para centrarse tan solo en el Real Betis
Balompié sin fijarse en otros equipos, es por ello por lo que no sentó bien
esta salida del tiesto de Juan Carlos Ollero y así se lo hicieron saber con
vehemencia, lo cual provocó una acalorada discusión pues el presidente se
excusaba queriendo hacer creer que no lo decía por meterse con el Sevilla sino
porque realmente no tenía ni idea de ruso y no podía pronunciarlo con precisión.
Para demostrarle al resto que no mentía Ollero comenzó a enunciar la dichosa
palabrita en repetidas ocasiones: “Knipero”…
“Nípero”… “Danipero”… “Dinipro”… y
cuando por fin parecía que se acercaba a la pronunciación correcta de Dnipro se produjo la fatal lesión.