martes, 29 de mayo de 2012

JOHANNES KARL GUDJONSSON


¿Islandia? ¿Qué mierda de país es Islandia? Una isla perdida a tomar por culo de todo, casi en el polo norte en la que no viven más de 350.000 personas, la mayoría medio esquimales, cuyas bandas de música más famosas son una tía que se disfraza de cisne para ir a los oscar y un grupo que se inventa su propio idioma (por si el islandés no fuera suficientemente jodido ya) y cuyo deporte nacional es una especie de lucha más parecido al valls que se bailó tu tío en la boda de tu prima que a un verdadero combate entre machos (o auténticos supermachos).

Oigan, pues no son tan tontos los del país del Eyjafjallajökull (diviértanse unos minutos intentando pronunciar correctamente esta preciosa palabra) como pueda parecer y buena prueba de ello es como estos hijos de vikingo han cogido el país por los cuernos y han dado toda una lección de democracia. Por ponerles en situación, tras quebrar el mayor banco del país, el gobierno da luz verde a que el FMI  lo rescate (a través de créditos otorgados por bancos ingleses y holandeses) para evitar el "colapso" financiero del país. La peña, que son islandeses pero no gilipollas, harta de tanto mamoneo y de que un país entero se vaya a la mierda por culpa de unos banqueros codiciosos se organiza y se manifiesta masivamente a cacerolazo limpio en las calles pidiendo la cabeza de los altos cargos del gobierno y nuevas elecciones, lo que lleva a la renuncia de los gobernantes, propagándose la continuación de esta organización mediante movimientos ciudadanos y en asamblea de tal manera que incluso se implican en la organización del nuevo gobierno, convocando dos referéndums para decidir si los ciudadanos deben hacerse cargo de la deuda contraída por banqueros y políticos corruptos, barriendo mayoritariamente el NO. No contentos con eso, además llevan a los tribunales a los máximos responsables de la debacle económica y consiguen enderezar el rumbo del país contra todo pronóstico, todo convenientemente silenciado por los grandes medios de comunicación europeos, no vaya a ser que a los civilizados europeos se les pase mínimamente por la cabeza  liarla como en los países árabes y mitificado por todo aquel que se huela la tostada de que no estamos tan lejos de esa pequeña isla como queremos creer.

Pero por mucha revolución política y mucha artista famosa que tenga, los islandeses, en materia deportiva siguen siendo una mierda, y el mejor ejemplo de ello lo tenemos en nuestro protagonista de hoy el siempre recordado con cariño y ternura Jóhannes Karl Guðjónsson. 

Este jovenzuelo islandés que llegó al Betis de Juande Ramos con apenas 20 años tras haber jugado en las ligas belga y holandesa a cambio de unos 5 millones de euros fue recibido por la afición con cierto escepticismo, pero él tenía confianza en si mismo, su paso a una gran liga le había permitido debutar con su selección y venía dispuesto a demostrar que en el Polo Norte también saben jugar a esto del fútbol y se permite incluso el lujo de posar en plan vacilona para los cromos, pero pronto la realidad le daría un portazo en toda la cara de sus sueños y en su primera temporada en el Betis fue poco menos que una mascota en la plantilla. Poco más de 400 minutos repartidos en once partidos y ninguna actuación medio destacable fue todo el bagaje con el que el islandés  deleitó a la parroquia heliopolitana, haciéndole menos sombra a los Benjamín,  Joaquín, Denilson y al resto de centrocampistas béticos en su puesto que Tom De Mul a Jesús Navas.

Lo lógico hubiera sido que en la siguiente temporada el Betis se hubiera deshecho de Gudjonsson y de otros fichajes estrellados como Calado a las primeras de cambio, pero la temporada no había ido mal, Don Manué se sentía generoso y no tenía ganas de gastarse un dineral en fichajes nuevos, así que se decidió darle una nueva oportunidad a lo más parecido a un esquimal que ha surcado los césped sevillanos, lo que se tradujo en un balance de dos minutos en el primer tramo de temporada, así que en el mercado invernal pone rumbo a Inglaterra con destino al Aston Villa, donde permanece hasta el fin de la campaña. Una vez regresa de la cesión, negocia con el Betis su libertad y ficha por el Wolves de la Premier. No cuaja en el equipo de los lobos y desciende de división para jugar con el Leicester City, equipo en el que se siente a gusto y en el que hace buenos números, por lo que un valiente AZ Almark decide darle otra oportunidad en la élite, que por supuesto Gudjonsson vuelve a desaprovechar, demostrando que un islandés no está hecho para triunfar en una gran liga. El Burnsley y el Huddersfield Town ingleses son los últimos equipos que han tenido el honor de contar con este descendiente de vikingos en sus filas, que con 31 años y al más puro estilo Guti, todavía sueña con que algún día romperá y dejará de ser la eterna promesa del fútbol norpolar.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Era facil encontrartelo un martes en la calle Betis en las Erasmus partys

Alfonsobis dijo...

Ya se echaba de menos a este por aquí, aunque es una lástima que se haya obviado la de crujinazos que embarcó en las azoteas de los Bermejales después de que Don manué dijera en su presentación: er shico tira bien las faltas, o la extraña costumbre que tenía de subirse los cuellos hacia arriba nada más pisar el césped. Pero bueno, ya hay un artículo sobre el y eso es lo importante, como aparezca en breve por aquí Joao Tomas, con el que coincidió, rozo el éxtasis.

Dani dijo...

Pues le aseguro que Joao Tomás va a aparecer pronto por aquí (con historia de coches incluida)...

Rinat Rafaé dijo...

Alfonsobis: Solo puedo entonar el mea culpa ante la omisión de semejantes anécdotas, máxime cuando creo que fuistes tú quién ya lo recordó en algún comentario, por lo que no hay excusa, pero bueno, esa también es la función de los comentarios, que cada uno aporte sus recuerdos o anécdotas del jugador en cuestión, cosa que os agradecemos profundamente, de verdad!!


Saludos!

Panchicista dijo...

En Islandia solo saben de dos cosas: de bacalao y de dar por culo a los politicos. Ojala nos parecieramos un poquito mas a ellos. Recuerdo que casi marca de falta ( creo que al Athletic ), un pelotazo sin direccion que acaba pasando entre las piernas del portero y no entra porque le da en el culo. Gracil paralelismo de lo que seria su tiempo en el Betis