ANTONIO VARGAS QUIJADA “BIRI”

Antonio Vargas Quijada nació en San Roque (Cádiz) el 14 de septiembre de 1959. De origen humilde, Antonio pasó su más tierna infancia, junto a otros chavales, pegado a la verja de Gibraltar para ver si podía pillar algún cartoncito de tabaco o alguna botella de whisky de estraperlo para poder venderlo posteriormente en los alrededores y contribuir de esta manera a la economía familiar. También echaba una mano alimentando a los cochinos y en la siembra de la patata que cultivaba su padre, que era hombre de campo. Su madre era ama de casa y en su tiempo libre contribuía a la economía familiar realizando arreglos de costura a sus vecinos. 

El singular sobrenombre de Biri viene del gran interés de su madre por la historia clásica y más particularmente en el caudillo de los Lusitanos que hizo frente a los conquistadores romanos Viriato. Se rumorea que al nacer hubo una gran discusión entre sus padres, ya que la madre era más partidaria de llamarlo Viriato directamente, pero al final el padre supo imponer su criterio (con dudoso acierto) y consiguió bautizarle con el nombre de su abuelo paterno. A pesar de ello en casa todos le conocían como Viri, con V (de Viriato), pero el crío cambió la V por la B cuando vio a Biri Biri jugar con el Sevilla ya que desde aquel momento decidió que quería ser negro, si no era de piel, por lo menos de aspecto. Como tenía el pelo liso  y fino y nunca podría tener el look de Megido o de Alinho aun así no se rindió y buscó en las páginas amarillas una buena tienda de complementos y disfraces así que cogió el autobús, se fue a Sevilla y llegó decidido a Pichardo para comprarse una buena peluca afro que no se quitaba ni para ducharse. Como consecuencia de ello su pelo natural se fue endureciendo, rizando (y llenando de mierda, por qué no decirlo…) hasta que por fin pudo quitarse la peluca y quedarse con su verdadero cabello completamente a su gusto.

No era Biri hombre de grandes lujos ni de costosas aficiones, lo único que realmente le gustaba hacer en su tiempo libre era jugar al fútbol y en este cometido era de los más destacados de todo el Campo del Gibraltar, tanto que con tan solo 17 años ya pertenecía a la primera plantilla del Algeciras CF, donde comanda al equipo con su gran visión de juego y calidad como jugador todo terreno que abarcaba desde la defensa hasta el medio campo hacia el histórico ascenso a segunda de los rojiblancos en la temporada 1977/78.

Su impresionante calidad y su rizada melena no pasó desapercibida para el resto del mundo futbolero español, de tal manera que el seleccionador de las categorías inferiores de la selección lo llama siendo Internacional juvenil, Sub20 y Olímpico, compartiendo vestuario con jugadores como Gordillo, Buyo, Rojo, Zubizarreta o Rodolfo Dapena entre muchos otros y destacando en todos los campeonatos como demuestran el Trofeo al mejor jugador (o vaso largo cervecero) del Campeonato de Europa en 1978 o la distinción como quinto mejor jugador del mundo (el mejor europeo también) del Mundial sub20 de 1979 (el primer puesto fue para un tal Diego Armando Maradona, con el que Biri compadrea por obra y gracia de un contrato promocional que Adidas ofrece a ambos jugadores).

Los grandes clubes se fijan en el melenudo jugador del Algeciras, el Barcelona, el Atlético de Madrid o el Español intentan ficharlo pero es el Sevilla el que se adelanta haciéndose con el fichaje  de la joven promesa por 15 millones de pesetas en noviembre de 1979, en un intercambio de jugadores con el Algeciras por el que también llegan al Sevilla Murua y el portero Valero.

Todo estaba preparado para que el afro fuera el pelado de moda no solo en Sevilla, si no en toda España. Biri había llegado por fin a Primera división yvenía a darlo todo, los niños hacían cola en Pichardo para comprar la mítica peluca que años atrás le había servido al ahora sevillista para obtener tan vacilona cabellera y la selección absoluta le esperaba… pero como a tantos y tantos amigos que han poblado esta página, algo le salió mal. En sus primeras comparecencias comienza fuerte y en total disputa 15 partidos de liga y 5 de copa, a pesar de llegar con la temporada empezada, pero eso sería casi todo lo que ofrecería al Sevilla, ya que los mandamases no estaban del todo convencidos del devenir de la salvaje cabellera de Biri en el Sánchez Pizjuán y le dan puerta al finalizar esa misma temporada, por lo que el paso del gaditano en el Sevilla se resume en 20 partidos, muchas expectativas no cumplidas y un gran remanente de pelucas abandonadas en algún rincón del almacén de la popular tienda de disfraces a las que solo dan salida cuando algún fan de Disco Stu quiere homenajear a su personaje favorito.

Aun joven, con 20 años decide volver a la división de plata para volver a brillar y se compromete con el Cartagena, pero nunca más mostraría el nivel que tanto ilusionó a los aficionados del equipo del alfa del Mediterraneo. Villarreal, Getafe o Melilla fueron algunos de sus equipos antes de que a mediado de los 90 decidiera volver al Algeciras, donde era considerado un ídolo y en el que cuelga las botas como jugador profesional, aunque no deja de lado el fútbol y aun continua paseando su leonina melena en el equipo de su barrio, el San Bernardo de la Estacion de San Roque durante algunas temporadas más, equipo con el que aun hoy mantiene una relación muy especial, dedicándose cada navidad a preparar deliciosos arroces para todos mientras deleita a los presentes con inverosímiles historias como la mareante oferta que le hizo Llongueras para hacerle un peinado de los suyos.

Si alguien pensaba que con el pelazo que Biri gastaba a finales de los 70 seguro que hoy en día sería carne de involución capilar, no podía estar más equivocado. Valga como ejemplo esta foto, donde vemos que Biri mantiene intacta su cabellera, si bien su cardado afro ha evolucionado a un innovador peinado de claro homenaje a Gorosito.