viernes, 12 de julio de 2013

ORLANDO JOSÉ LEMOS MARTINS “BAKERO”



¿Qué clase de partido se está disputando en esta foto? ¿Un partido entre cualquier equipo de pueblo y el Juvenil del Sevilla? ¿Quién es el jugador sevillista que defiende la pelota? ¿Alguna promesa de la cantera frustrada? ¿En qué clase de época prehistórica fue tomada esta instantánea que el jugador no lleva las piernas depiladas? Si le decimos que el jugador de la foto es Orlando José Lemos Martins, tal vez  a pocos le disipen las dudas surgidas, pero si le decimos que futbolísticamente era conocido como Bakero… pues sinceramente quizás  muchos se queden exactamente igual.

¿Bakero, ese no era el del Barcelona? Pues si y si alguno piensa por una milésima de segundo que el motivo de su apodo fuera que tenía el más mínimo destello del ex de la Real sociedad, del Barça y de la selección está sumamente equivocado, igual que lo están todos aquellos que pensaran que el nombre venía derivado  por su valentía ante el ataque enemigo como si de un llanero solitario del lejano Oeste. Si le llamaban así era porque alguien, en su bloque, en su patio, en su barrio, en su pueblo, donde fuera, alguien sobre la faz de la tierra le dijo que tenía los pelos de José Mari Bakero y al chico le pareció un piropo tan definitivo que acabó haciéndose llamar así, con tanta seriedad que dejaba de contestar a aquellos que osaban llamarle Orlando e incluso agredía a aquellos que le decían Tomate Orlando.

Como podrán imaginar la infancia de Orlando fue la de un niño normal de los que entre examen de naturales y examen de sociales se bajaba a echar un partidito con los colegas en la plaza grande de su Felgueiras natal intentando imitar las jugadas más destacadas de sus ídolos, que por aquel entonces eran los miembros del Dream Team del Barça de Cruyff, llenándole de orgullo cada vez que alguien le comparaba con alguno de sus jugadores favoritos con un “Ese pase es muy de Laudrup”. “Vaya crujinazo a lo Koeman” o “tienes el peinado de Bakero”. Pasaban los años y aquel grupo de chavales que empezó en la plazuela se reveló como toda una fantástica generación de futbolistas que en una localidad acostumbrada a que los jóvenes tuvieran más interés en el negocio de la zapatería (motor económico de la zona) sorprendió a todos con un buen rendimiento en el equipo local, asentándolo en la segunda división portuguesa. Quizás de todos ellos el mejor no fuera nuestro protagonista de hoy, pero sin duda tenía un carisma especial, lo que le resultó suficiente para dar el salto a un equipo de mayor nivel como el União Leiría donde se destapó como un extremo habilidoso cuajando una temporada bastante notable que le llevó a ser internacional sub 21, aunque con las lógicas reservas de ser todavía un jugador joven necesitado de partidos para establecerse en la élite portuguesa.

Semejantes méritos fueron suficientes para el hoy omnipresente Jorge Medes le metiera un pedazo de bakalá al Sevilla en la temporada 2000/01 y eso que aun no era el superagente de jugadores que es hoy en día al que el Madrid le da 30 millones de euros para que le endiñe lo que a él le apetezca y por aquel entonces tan solo era un semidesconocido que trataba de labrarse camino por medio de jóvenes promesas (o supuestas promesas) de su país. El caso es que logró convencer a los dirigentes sevillistas y al entrenador Marcos Alonso (¿trincaría algo?) que tenía una diamante en bruto y así a cambio de 200 millones de pesetas firmó por cuatro temporadas convirtiéndose en uno de los flamantes fichajes del retorno a primera junto a los Rabadja, Ángel, Valencia, Fredi o Marcelo Otero.

Evidentemente el jugador estaba en una nube y casi no podía creer que su destino iba a ser la por aquel entonces “mejor liga del mundo”, así que cogió el teléfono e ilusionado llamó a su tito Joao y le dio la noticia “tito Joao, me voy a Sevilla, de la primera división de España”, a su sobrinillo y ahijado Carlos Diogo (hoy también futbolista y con el mismo nombre que su padrino) “Carlos Dioguito, me voy a Sevilla, de la primera división de España”, a su primo favorito Frederico Filipe (también futbolista y conocido como, ojo, Zamorano –apuntaban alto al ponerse nombres en la familia-), “Frederico, me voy a Sevilla, de la primera división de España", a su abuela, a su abuelo, a sus amigos, al vecino del quinto… en fin a todo el mundo. El chico estaba feliz y quería compartirlo, así que hizo el petate en un pis pas y por la autopista de Portugal llegó hasta el Algarve donde enlazó con la A49 destino Sevilla. 

Elegantemente vestido para la ocasión con la chaqueta que su madre cariñosamente le había tejido llegó a las oficinas del Sánchez Pizjuán para rubricar con su firma el compromiso adquirido siendo presentado junto a Zalayeta. No se lo podía creer, muchos de sus ídolos ahora serían sus compañeros, por eso no podía evitar soltar alguna mirada furtiva de admiración cuando veía que estaba al lado de por ejemplo Otero ¡el gran goleador del Vicenza!, pero pronto toda esta ilusión y todo el sueño en el que el menudo extremo portugués vivía acabaría tornándose en pesadilla.

Durante la pretemporada Marcos Alonso lo estuvo probando, llegando incluso a formar una dupla interesante en la banda en algún partido junto al mismísimo Adilson, pero cuando llegó la hora de la verdad y comenzó la competición oficial Bakero cayó en el más profundo de los ostracismos, disputando tan solo los intrascendentes pachanguillas intersemanales contra equipos de la provincia. Su primera oportunidad medio seria le llegó en diciembre en la eliminatoria en Copa contra Osasuna donde entró en la segunda parte sustituyendo a Ángel sin que realizara ninguna acción destacable y desde entonces no volvería a disputar minutos hasta la jornada 36, con el Sevilla ya descendido en un intrascendente partido en el que de nuevo en la segunda parte salió para demostrar que la falta de oportunidades no habían sido precisamente una injusticia mientras el Mallorca de Fernando Vázquez se pegaba un festín a costa del Sevilla con dos goles de Tristán y dos de Carlitos.

Apesumbrado, triste, solo, arrepentido y enfadado a partes iguales decidió que ya que había debutado en Liga estaba completamente legitimado a quejarse y expresó su frustración y sus ganas de abandonar el Sevilla mientras otros compañeros de generación como Simao le apoyaban y tampoco se explicaban porque Bakero no había roto en el Sevilla (ver a la derecha del enlace), además consideraba que la segunda división no era sitio para una de las mayores perlas de Portugal. Al Sevilla no le pareció mal que el luso dispusiera de minutos en otro equipo y lo cedió al Marítimo de Funchal donde apenas llega a la docena de encuentros, retornando al finalizar su cesión a Nervión donde Caparrós le deja muy claro que con él su sitio estaba en la grada, por lo que en diciembre es cedido de nuevo al Sporting de Braga, equipo en el que demuestra que la máxima categoría de cualquier país le venía definitivamente grande.

Bakero y el Sevilla llegan a un acuerdo para desvincularse el uno del otro y  desde ese preciso momento la otrora promesa lusa comienza una peregrinación por equipos menores de segunda y tercera categoría en Portugal tales como el Salgueiros, el Bragança, Maia, Caçadores Taipas o Penafield, todos equipos de reconocido prestigio como habrán podido comprobar. Dado que la temporada en el Penafield no le fue del todo mal, llegando a destacar en su faceta goleadora anotando cuatro tantos, Bakero concluye que le sentaría bien un cambio de aires y decide emprender una nueva aventura extranjera fichando por el Nea Salamina chipriota donde nuevamente vuelve a fracasar, por lo que aprende la lección y vuelve a Portugal de donde ya no se moverá, prestando sus servicios en el Vizela, Sporting Espinho, Lousada y ya en la temporada 2010/11 de nuevo en el Felgueiras, equipo en el que se asienta por fin y en el cual continúa, esperando con ilusión el comienzo de una nueva temporada en la que sacar lo mejor de sí mismo para alegría de sus paisanos.

9 comentarios:

El Vengador Justiciero dijo...

La foto con Zalayeta: se ve que solo quedaban tallas XL para el pobre Bakero. Extraña pareja, más propia de un serie como Primos Lejanos o de una peli de pareja de policías a la fuerza (con uno veterano serio y otro joven e impulsivo).

La foto con Otero: de nuevo con camisa/chaqueta 3 tallas más a lo gangsta nigga. Ojo a los pantalones de cuero del uruguayo. Para Estilosisssimos xD

No recordaba que hubiera sido cedido hasta 2 temporadas y que hasta la 4ª de su contrato no se le largara definitivamente.

PeJiBi dijo...

Sin menospreciar la elegante chaqueta de lino abotonada casi hasta el cuello.

Otero es una estrella del rock 'n roll de las que grita a pleno pulmón "Yo soy el rey lagarto, yo parto y reparto" ¿para cuando un merecidísimo homenaje? ya va tocando...

Rinat Rafaé dijo...

¡Oh! Gracias de verdad a los dos por los comentarios!

Sabia que alguien caería en el detalle de los atuendos de Bakero que sin lugar a duda son dignos de analisis aparte!!

Este es al tipo de comentairos al que me refería en el artículo de ayer, pequeños detalles en los que parece que nadie cae!

Por cierto, futbolistas que han estado en el Maritimo de Funchal y en el Sevilla:

Bakero
Babá

Anónimo dijo...

Solo por el video de Laudrup y Romario ya ha merecido la pena esta entrada

Señor dijo...

Coincido plenanmente en la apreciación que hacían en el primer comentario acerca de los pantalones de Otero para estilosssisimos y añado toda la ropa que utilizó Bakero durante su estancia en el Sevilla: chaquetas, ropa de entrenamiento y gabardina incluidas

Rinat Rafaé dijo...

Por cierto, futbolistas que han estado en el Maritimo de Funchal y en el Sevilla:

Bakero
Babá


añado a Makukula a tan ilustre lista

Alvaro dijo...

Recuerdo aquel partido de Osasuna porque yo estuve allí. Fue un destierro que jugamos en Córdoba. Cuando entró Baquero la gente se lo tomó medio a coña, sobre todo el gachó que estaba al lado mío que no paraba de chillarle a los rudos pamplonicas "no empujarlo, hombre. Que es muy chico".

Muy grande, tíos

El Vengador Justiciero dijo...

Más sobre la foto de Otero:

- El del chándal de España con toda la cara de Triguero, ex-Cajasol, y con los calcetines sobre el pantalón.

- El del fondo a la derecha (¿Víctor Fernández, periodista deportivo?) con una espectacular combinación de chaqueta de chándal y polo, al que solo le falta un botón más para llegar al máximo nivel de Nerd.

- Corbata erótico-festiva del directivo barbudo.

...Cómo pasan los años. Son fotos de principios del 2000, pero ya empiezan a tener esa caspilla desfasada que pasaba cuando ves las fotos y las pintacas de la época Expo'92.

Fesaro dijo...

En esta época llegaron auténticos pufos