martes, 17 de noviembre de 2015

REINJERTADOS EN LA SOCIEDAD: RAFA PAZ


Buenas y elegantes tardes.

Seguro que a más de un lector le chirriará el título de esta entrada pues nuestras últimas informaciones (y así se analizó convenientemente en su momento) eran que Rafa Paz, al menos hasta el día de hoy, seguía calvo. No se asusten, no es que el carismático y poco dado a las excentricidades ex centrocampista del Sevilla haya decidido sacar su lado más loco y haya apostado por darle una oportunidad a las más vanguardistas técnicas de recuperación del cabello. A su edad suponemos que es algo que no debe preocuparle en exceso y por más que a muchos nos pueda divertir hacer un ejercicio de imaginación y conjeturar con la idea de ver a un Rafa Paz al más puro estilo Andre Agassi en sus inicios (que por cierto calzó pelucón en su día al no saber llevar la incipiente calvicie con dignidad) con cinta deportiva y todo o imaginárnoslo con un pelazo digno de la estrella del rock más hortera de los ochenta, lo cierto es que a día de hoy don Rafael Paz Marín es un señor de cincuenta años normal y corriente, con su hipoteca a punto de finalizar y preocupado si el colesterol le sube a más de doscientos pues el Danacol le da arcadas de lo malísimo que está.

¿Entonces a que viene el título de esta entrada? Pues verán amigos, con la edad uno tiene a aceptarse a sí mismo, con sus virtudes y sus defectos pero en la juventud, el espíritu rebelde e indomable que yace en cada uno de nosotros no siempre permite estar conforme con lo que nos rodea y el de la Puebla de Don Fabrique no fue una excepción, tal y como desveló en una entrevista reciente Don Carlos Salvador Bilardo.

Corría el verano de 1992 y los jugadores del Sevilla ya empezaban a darse cuenta de cómo se las gastaba el argentino. Rafa Paz llevaba tiempo mascullando el hacerse un trasplante de pelo (ojo que hablamos de 1992) y pensó que lo mejor era esperar a que acabara la temporada, así que una vez finalizada simplemente reservó el quirófano y lo hizo, claro que sí (no lo compartimos pero lo apoyamos ¡qué coño! ¡Qué es Rafa Paz!). Los doctores le dijeron que en poco tiempo estaría todo perfecto pero su experiencia, finalmente, no fue tan gratificante y tan color de rosa como le había contado. Comenzó la pretemporada y habría pasado un mes y medio de lo del pelo, pero él continuaba aún con algunas molestias de los pinchazos en la cabeza. El nuevo entrenador exigía cada día más a sus pupilos y el bueno del granadino, con el dolor, nunca le daba de cabeza al balón. Hubo algún momento en que incluso tuvo que parar la pelota con la mano pues, según ha relatado, no le daba con la cabeza ni loco de lo que le dolía. A los dos días Bilardo le llamó a filas y le espetó: “¿Qué le pasa a usted en la cabeza?” y Rafa Paz tuvo que confesar y explicarle que se había hecho un injerto de pelo y que le dolía mucho. Supongo que no será difícil imaginar la cara que puso el argentino, que acto seguido empezó a gritar: “¡¡No me lo puedo creer!! Esto es lo último que me quedaba por ver en el fútbol” mientras el resto de sus compañeros se meaban de risa y se revolcaban por el suelo ante lo insólito de la situación.

Así que sí. Rafa Paz lo hizo. Nosotros pensábamos que era un asceta, alguien impertérrito e incorruptible pero durante un periodo de su vida sucumbió a los dictados de la moda y quiso dejar de lado su característica física quizás más reconocible y (visto los resultados) tirar una a buen seguro importante cantidad de dinero directamente a la basura. Eso sí, aprendió la lección y nunca más volvió a intentar ser quien realmente no era. ¿Para qué Rafa Paz? ¿Para qué? Otros muchos futbolistas tendrán pelo pero ¿tiene alguno algún himno dedicado a su persona tan sumamente adictivo como el que le compuso María del Carmen Rodríguez, titulado muy acertadamente “El Paz esté con nosotros”? ¿Acaso algún otro jugador (que no sea Raúl González Blanco)  puede presumir de ser protagonista de la mejor canción que le hayan dedicado jamás (lo siento Aracnidus Rojiblancus, el tuyo es sin lugar a dudas el segundo mejor) a un pelotero? Rafa, para eso hace falta tener un carisma magnético y no pelo... y tú, no sabemos por qué extraña razón, sin duda lo tienes.

Por último, no querría pasar la oportunidad y la ocasión que me brindan desde esta casa para aprovechar y despedirme gentilmente de todos ustedes. Ha sido un placer analizar pelos, bigotes y estilismos varios durante todos estos años.

Tengan unas buenas y siempre elegantes tardes

2 comentarios:

Jose MME dijo...

Enorme Señor con su último GOOOOL. Echaré mucho de menos la sección más original del blog, pero su espíritu seguirá vivo cada vez que una calva o un injerto salte a uno de nuestros céspedes. Honore.

Rinat Rafaé dijo...

¡Hasta siempre adalid de la elegancia y el buen gusto capilar!

Que el Paz esté contigo