Nuestro mundo es un sistema
dinámico regido por la teoría del caos.
Un sistema dinámico de tipo caótico afectado por mínimas diferencias de las
condiciones iniciales. Un pequeño cambio en esas condiciones llevaría a un
mundo diferente, entrando en terrenos espinosos definidos por la teoría de branas
o por la serie “Fringe”,
de la que tomaré prestados algunos de sus openings para hacer este artículo en
el que pretendo demostrar la importancia de Jozef Jarabinsky para la historia
futbolística de nuestra ciudad.
Jozef Jarabinsky nace en 1944 en
Jabrina, Checoslovaquia. Tuvo una carrera como futbolista en equipos de su
país, o mejor dicho de Praga, porque el tipo jugó en cuatro equipos de esa
ciudad, el Bohemians,
el Dukla, el Sparta y el Meteor. Supongo que será
algo así como si jugaras en el Betis, el Sevilla, el Triana
y el Calavera. El quinto equipo de su carrera fue el SONP de la bella ciudad de
Kladno.
Como entrenador se paseó por
media Checoslovaquia. País que curiosamente acabaría partiéndose en mitad y
mitad. Tras un breve paso por Turquía, dirigiendo al Genclerbirligi de
Ankara, llega en verano de 1991 a un Betis recién descendido a Segunda con el
objetivo de subirlo a Primera División. Algún representante de la época le
colocaba todo lo checo al Betis, pues en plantilla ya tenía a Bilek y aquel
verano llegó también Grussmann, buenos futbolistas.
Con él el equipo verdiblanco hace
del Villamarín un fortín. Apenas cede un par de empates, pero fuera no le gana
a nadie, hace ridículo tras ridículo, incluyendo un sonrojante 6-2 en Lérida, gol de
penalty del portero “Tubo”
Fernández incluido. Esa ineficacia como visitante le lleva a pedir
refuerzos en el mercado invernal, y es cuando ocurre el momento histórico, ya
que Jarabinsky habla de un delantero del Sparta Praga que conoce que es un
crack. Y así llega el GRAN
ROMAN KUKLETA al equipo verdiblanco en el mercado invernal.
En la jornada 22, tras un empate
sin goles en Sevilla frente al filial del Athletic de Bilbao, el equipo va
séptimo y, tanto el ascenso directo como la promoción, están a una distancia
considerable. La directiva que Galera preside decide cesarle y coloca a Felipe
Mesones en su lugar y el Betis inicia una gran remontada hasta el punto de
jugar la promoción de ascenso a Primera contra el Deportivo. Una derrota por
2-1 en Riazor y un empate sin goles en Villamarín (con gol anulado a Kukleta
incluido) dan al traste con las ilusiones verdiblancas. Tristemente aquel día,
en las gradas del estadio heliopolitano, falleció de un infarto el padre del
jugador bético Juan Merino Ruiz.
Es el verano del noventaidó y el
Betis tiene que pasar otro año en Segunda. Pero antes hay que poner pasta para
convertirse en Sociedad Anónima. Nadie pone lo suficiente y parece que el Betis
va a desaparecer hasta que, en el último suspiro, Lopera aparece para hacerse
con la mayoritaria como se muestra en este vídeo de absoluta fiabilidad.
La historia del Betis desde
entonces hasta ahora es harto conocida. Con Lopera hubo momentos buenos, momentos malos, vinieron jugadores buenos y jugadores
malos, siendo estos últimos los que dan vida a este blog de “Amigos
de Colusso Vs. Amigos de Kukleta”.
Jozef Jarabinsky por su parte
siguió entrenando a un montón de equipos de Checoslovaquia, Turquía e incluso
Grecia.
Jozef Jarabinsky nace en 1944 en
Jabrina, Checoslovaquia. Tuvo una carrera como futbolista en equipos de su
país, o mejor dicho de Praga, porque el tipo jugó en cuatro equipos de esa
ciudad, el Bohemians,
el Dukla, el Sparta y el Meteor. Supongo que será
algo así como si jugaras en el Betis, el Sevilla, el Triana
y el Calavera. El quinto equipo de su carrera fue SONP de la bella ciudad de Kladno.
Como entrenador se paseó por
media Checoslovaquia. País que curiosamente acabaría partiéndose en mitad y
mitad. Tras un breve paso por Turquía, dirigiendo al Genclerbirligi de
Ankara, le llega en verano de 1991 una oferta para dirigir a un Betis recién
descendido a Segunda con el objetivo de subirlo a Primera División. Jarabinsky
la rechaza y el Betis decide contratar a Felipe Mesones. El Betis completa una
magnífica temporada y consigue el ascenso de forma directa a Primera División.
Es el verano del noventaidó y hay
que poner pasta para convertirse en Sociedad Anónima. Como el equipo está en
Primera es considerado una buena inversión, y aparece mucha gente dispuesta a
soltar guita, con lo que el proceso se completa sin problemas.
Van pasando los años, el Betis
vive momentos
buenos y momentos malos. En 1998, en un partido contra el Barcelona, su
jugador Juan Merino le realiza un marcaje espectacular al fichaje más caro de
la historia del equipo culé, Denilson
de Oliveira (que acabaría siendo un pufo de cuidado, por cierto). Esto
lleva al canterano, cuyo padre es su representante y empieza a ofrecerlo por
ahí, a las portadas de los periódicos, acaba en la Selección y para el
siguiente año firma por el Real Madrid por un pastizal. El Betis usaría ese
dinero para realizar la remodelación
del estadio.
Y bueno, ya se sabe, vinieron jugadores
buenos y jugadores
malos, que son los que dan vidilla a este blog de “Amigos
de Colusso Vs. Amigos de Fantaguzzi”.
3 comentarios:
Lo de Amigos de Colusso vs Amigos de Fantaguzzi es una autentica genialidad.
Replanteando el cambio de nombre desde ya.
Que maravilla de foto por dios bendito! ¡¡Cuanto podemos aprender de esos triángulos/jugadores perfectamente colocados en un 5-3-1 que claramente evocan a una táctica amarrategui para el caso en que expulsen a un jugador y el equipo vaya ganando... Muy Chelsea/Inter en semifinales contra el Barcelona
Tenía un conocido, familiar de periodistas deportivos de renombre, que gustaba de "radiar" las pachangas que jugábamos, al mismo tiempo que él jugaba.
Cada vez que llevaba la pelota un amigo mío, conocido por su escasa calidad furgolera, iba exclamando dicho el familiar de periodistas: "Jarabinsky, with the pelot..." Tenía esa coletilla, y pasados los años, cada vez que alguien menciona al tal Jarabinsky, todos pensamos en el coleguilla de escasa calidad furgolera y esa peculiar manera que tienen los burtos controlando el esférico.
Todavía no sé por qué este seudoperiodista asociaba la escasa calidad en las artes del furgol con Jarabinski.
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