LA PRESENTACIÓN DE MIGUEL LOPES

Probablemente uno de los actos más absurdos de todos los que rodean el mundo del fútbol sean las presentaciones de los futbolistas, así como cualquier tipo de declaración que puedan hacer porque, seamos sinceros, la locuacidad no suele ser de las mejores cualidades de unos deportistas que priorizan otras cosas en su escala de valores.
 

Yo sostengo la teoría de que si Cristiano Ronaldo es capaz de saltar tanto es por ausencia de peso en la cabeza. Por otro lado, ¿alguien se imagina un club de lectura formado por Sergio Ramos, Joaquín, Güiza, Reyes y Paco Gallardo?

 

-¿Quién zá leío er libro ejta semana?
-¿Cuá era?
-L´atiqueta´r bote gomina.
-Ojú, pisha, na tenío tiempo, l´otro día ar vorvé l´Antique me zenté a cagá y l´ompecé pero no ma dio tiempo terminahlo.
 

¿O un futbolista negociando su contrato?
 

-Má dinero, má dinero. No dinero, no muhere, no bum-bum.
 

No se les puede sacar del “vengo a un club del que soy desde pequeño”  y del “no hay rival pequeño”, así que las presentaciones sólo sirven para que el dirigente de turno diga que Ikpeba es el nuevo Finidi o que Darío Silva supone un salto de calidad.
 

Esta disertación con la que inicio el artículo (digo artículo en vez de post porque le da mucha más clase) viene a cuento de que voy a hablar de un acto que pasó desapercibido en el verano de 2010 y que ni de lejos pasará a la historia del fútbol sevillano, pero que yo recuerdo porque estuve presente (qué arte tiene “Amigos de Colusso Vs. Amigos de Kukleta”, con enviados especiales desde antes de su creación), así que no lo conozco por la prensa como la fiesta de Halloween de Benjamín, o por la leyenda como la doble caída al foso de la Universidad de Rinat Dassaev. Ese acto fue la presentación de Miguel Lopes, lo cual seguro nadie que esté leyendo esto ha adivinado leyendo el título que encabeza el texto.
 

Volviendo de currar pasaba yo por el Benito Villamarín cuando advertí cámaras y periodistas variados en la puerta de la tienda oficial del Betis. Me acerqué a cotillear y me enteré que allí mismo iba a tener lugar en breves instantes la presentación del futbolista portugués anteriormente citado. Allí me quedé esperando, ya que no tenía nada que hacer. En pocos minutos apareció allí el jugador, el jefe de prensa del Betis y Pepe Mel, entrenador. Así que ni sala de prensa (sólo un atril de plástico cutre en medio de la tienda) ni presidente ni director deportivo (fue durante la breve etapa de Luis Oliver).
 

Total, que sale el jefe de prensa y suelta los datos personales del jugador, que si es un gran fichaje, que si no ha jugado apenas los últimos años no es por malo sino por incomprendido, que si internacional con Portugal en todas las categorías inferiores (dato que siempre se dice porque queda muy bien y nadie coteja nunca)… Sale a hablar Pepe Mel y dice…exactamente lo mismo que el jefe de prensa. Y acto seguido se acerca Miguel Lopes, fotito con la camiseta, y dice Mel que el futbolista queda a disposición de los periodistas para que le pregunten lo que estimen oportuno.
 

En ese momento llegan 4-5 minutos de silencio y miradas incómodas de Miguel Lopes a Mel en las que se le podía leer en los ojos “¿Me voy ya o sigo o sigo esperando?”. Una señora mayor a mi lado me dice “¿Es qué no le van a preguntar nada al muchacho?” y yo le contesto “Qué le van a preguntar si los periodistas no tienen ni puñetera idea de fútbol”. Y es que ahí está el quid de la cuestión de por qué me he puesto a escribir esto. ¿Cuánto hace que no se escucha en prensa hablar de verdad de fútbol? Yo lo más que escucho es “España juega al tiki-taka”. Todo es Mou-Guardiola-Del Nido-Mel ha dicho esto o aquello. Si alguien empezara a ver fútbol ahora ni se enteraría de lo que es un lateral derecho. ¿Dónde están los conceptos de presión, permutas, ayudas, desdoblamientos, el 4-5-1, el doble pivote…? Todo es gritos y polémica. Como leí en Anti-Marca, es que ni en los informativos de deporte (no me refiero a los programas de resúmenes) ponen la clasificación siquiera, es que encontrarla en la web de Marca es complicadísimo.
 

¿Le hicieron al final alguna pregunta a Miguel Lopes? Sí, tres. En primer lugar “¿Qué conoces de Sevilla?”, después “¿Eres un lateral ofensivo o defensivo?”, pregunta que el muchacho aprovechó para lanzarse un poco de flowers diciendo que atacaba, defendía, centraba, recuperaba, pintaba la línea de banda y hasta vendía pipas a los de la primera fila si hacía falta. Y, por último, mi favorita, “¿Vienes con ilusión?”, que ahí tiró de manual, pero habría molado mucho que respondiera “Pues vengo asqueado de la vida, porque yo estaba en mi tierra en un equipazo como el Oporto, y me he tenido que venir a un equipo de Segunda, con un estadio a la mitad, caos institucional, y además aquí hace un calor horroroso que la camisa se te pega al pellejo.”
 

Bueno, pues eso fue lo que pasó aquella tarde. Quizá no fuera un momento mítico, quizá yo sea un exagerado de la vida, pero pensé que merecía la pena que quedara registrado aquel momento para la posteridad en este humilde blog. Así son las cosas y así se las hemos contado.