Feria de 1983. Dentro de una familia de lo más bético
llega nuestro protagonista de hoy al mundo. El primer partido que el Betis
jugaría tras su nacimiento saldría derrotado del Pizjuán.
Cualquier padre futbolero habría tomado esto como una
señal de mal fario y habría alejado a su hijo del Betis lo máximo posible, pero
no el suyo. Además de leerle del derecho y del revés unos volúmenes con la
historia del equipo verdiblanco, se empeñó en llevárselo de vez en cuando al
Villamarín, y parece ser que traía suerte, porque nunca perdía cuando se lo
llevaba, así que en un momento de terrible necesidad, principios de los años
noventa, decide ayudar a su club haciendo socio a su hijo, aquello fue el comienzo.
Y el carnet fue estrenado con una victoria frente
al Athletic de Bilbao por 1-0, gol de Ivanov.
La estadística de que “El
Betis nunca pierde cuando me llevo al niño” se quebró pronto y es que
fueron años muy duros para el beticismo, el equipo descendió y le siguieron
tres años en Segunda. Al chiquillo le pasó lo lógico, que de tanto ver fútbol
se le antojó jugarlo, así que entró a formar parte de los benjamines del equipo
de futbito Olimpic de Triana.
Allí algún entrenamiento compartió con Dani,
por entonces en el equipo alevín del Olimpic, quién sabe si en otras
circunstancias él habría sido quien marcara el gol
que le diera el Betis un título, pero bueno, siempre quedarán otras
opciones.
La verdad es que el muchacho no jugaba demasiado, y es que
su entrenador pensaba que no era demasiado bueno. Eso no era totalmente cierto,
y es que hay que tener en cuenta que este muchacho sólo sabía escuchar en casa
a su padre decir que el Betis era el mejor equipo del mundo. Luego se lo
llevaba al estadio y veía jugar a “Puma”
Rodríguez, Rodolfo
Dapena Dapena, Trujillo,
Monsalvete
y sobre todo al GRAN
KUKLETA. Si su padre definía aquello como “el mejor equipo del mundo”, ¿qué
podía hacer el chaval sino imitarles? No es que fuera malo, es que recibía
información sesgada.
Su currículum en el Olimpic acabó proclamándose en su
segunda temporada Campeón de Sevilla de la categoría, recibiendo la
consiguiente medalla que aún conserva. El que jugara una media de 1 minuto por
partido no quiere decir nada, pues a lo Pepe
Reina él fue decisivo a la hora de hacer grupo y sin duda sin ese buen
ambiente que él consiguió el triunfo no habría sido posible.
Aunque evidentemente el Campeonato de Sevilla destacaba
sobre todos, consiguió tres títulos en el club trianero, uno de ellos en un
torneo disputado en el Parque de Los
Príncipes. Aquel día se emborrachó de gloria emulando a ídolos como Platini,
Tigana,
Giresse,
Battiston… Aunque también es posible que el Parque de los Príncipes donde consiguió su gran
éxito fuera éste. Ustedes deciden cuál es la realidad.
Con los años se fue dando cuenta de que estaba muy por
debajo en calidad futbolística respecto a los jugadores profesionales, así que
se dedico a estudiar para poder superarlos en algo. El día que acabó la EGB ya
había superado en ese aspecto al 95%
de ellos. Luego continuaría hasta licenciarse, eso sí, sin perder nunca de
vista al Betis.
Sus ansias futboleras se limitaban a golear en los
partidos de la clase
de gimnasia, hasta que en los cursos superiores le tocó una profesora
cabrona que odiaba el fútbol y se acabaron los partidillos. Sólo le quedaron
las pachanguitas vespertinas en el Charco de la Pava (en las que evolucionó a portero)
y después con los años ni eso.
Pasaron los años. Siempre le gustó escribir, además del
fútbol, y un buen día se encontró con un blog que se asemejaba
mucho a una idea que él había tenido. Contactó con el
gestor del mismo y empezó una colaboración que ha llegado hasta hoy,
llevando, entre otras
cosas, la sección titulada “Historias
de Oselito”.
Algunos pensarán que el nombre de la sección viene porque
él se llama Jose y cuenta historias, buaf, qué original. Bueno, es cierto, pero
no es toda la verdad. ¿Recordáis aquellos volúmenes con la historia del Betis
que su padre le leía de pequeño? Si no os acordáis rabito de pasa que no hace
ni un folio que lo he escrito. Bueno, pues en esos libros venían unas tiras
cómicas que a él le gustaban mucho. En la Sevilla de la primera mitad de siglo,
Andrés
Martínez de León creó un personaje llamado Oselito, que
relataba las vivencias del típico tópico sevillano con mucha gracia. La obra
cumbre del personaje fue el usarlo por las Bodas de Oro del Betis para narrar
la historia del club, en base a unas tiras
cómicas que venían en dichos
libros.
Ésta es su historia. Si alguien alguna vez cree que se
equivoca escribiendo ciertas cosas sobre “Amigos
de Kukleta”, que sepa que lo hace desde el cariño y con conocimiento de
causa, y es que no deja de ser uno de ellos.
2 comentarios:
¡¡EPICO este Amigo de Kukleta!!
Ohhh que bonito!!! Que emocion, ha quedado muy chulo la verdad!!! Esk todo lo k os proponeis os sale bien, no como a este perroflauta que os escribe...
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