Fernando Quintanilla Barañano
nace en la noble villa de Baracaldo (Vizcaya), el 13 de Noviembre de 1964. Daba
tantas patadas al vientre de su madre que rápidamente se supo que debía seguir
la estela de elegantes centrales vascos de la que forman parte, entre otros,
Rafael Alkorta o Andoni
Goikoechea. Pero antes había que cambiarle el nombre para que inspirara terror
al adversario y meterle una “K” o un “Tx” por algún lado, porque si no, ni eres
central vasco ni nada. Tras dudar en ponerse como nombre futbolístico
Kintanilla, acabó decidiéndose por un nickname tan temible (¿?) como “Txirri”.
De esta forma entra en la cantera
del Athletic de Bilbao, llegando a debutar en el primer equipo en la temporada
1985-86. Debutó en Pamplona, y en un campo donde los partidos suelen decidirse
por la calidad individual, un entrenador tan enamorado del fútbol de toque y
clase como Javier Clemente, no dudó en hacerle partícipe del triunfo por 0-1.
Formó parte de la entidad de San
Mamés hasta 1990, en la que se marcha al sur, al Club Deportivo Málaga
concretamente, donde deja de ser “Txirri” para convertirse en “Chirri”. Estuvo
dos temporadas en el conjunto malacitano. En la segunda de ellas, 1991-92, sólo
jugó un partido y vivió el descenso a Segunda B del club, y su posterior
disolución. Es entonces cuando firma por el recién ascendido Atlético Marbella
que dirige Sergio Kresic.
Tras una temporada en la que jugó
25 partidos, 17 como titular, Sergio Kresic se lo trae con él al Betis. Llama
la atención que Loren (posteriormente sevillista) o Jaime Molina jugaran más
que él, pero sin embargo el central recomendado por el entrenador croata fuera
“Chirri”. ¿Cosas de representantes? Piensa mal y acertarás.
En el Betis comienza de titular
pero una lesión le saca de las alineaciones, algo que agradecieron los tobillos
rivales. Su recuperación coincide con el cese de Kresic y Serra no cuenta con
él ni de recogepelotas, ya que considera que “Chirri”
chirría en la defensa. 15 partidos, 13 como titular, es el bagaje de su
etapa verdiblanca, ya que para la siguiente temporada le dan puerta, yéndose al
Elche, a Segunda B.
Dos años en el equipo ilicitano y
dos años en el correoso Zamudio completan su carrera como futbolista en la
tercera categoría del fútbol patrio. Posteriormente sería coordinador general
de la Fundación Athletic Club, uno de esos cargos
que se inventan para enchufar a un colega pero que nadie sabe que tienen
que hacer, así que nadie puede pedirles responsabilidades. En Enero de 2007
pasó a ser responsable del área de captación de promesas, por tanto es el
encargado de convencer a los padres de los chavales de las canteras de Osasuna,
Real
Sociedad o Alavés
para que fichen por el Bilbao Athletic y luego presumir de Lezama.
2 comentarios:
jojojo el tandem Chirri & Olías es muy muy mítico
"El encargado de convencer a los padres..." ¿ a patadas ?
Chirri, Merino segundo... esos finos estilistas en vias de extincion
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