miércoles, 13 de febrero de 2013

FABRICE PANCRATÉ

Fabrice Pancraté, alias "el primo perdido de Bobby Lashley", tiene una historia curiosa... Lean, lean...

El bueno de Fabrice, nacido el 2 de mayo de 1980 en París (situada en Francia, para aquellos que estudiaron geografía en Opening) gustaba de jugar con muñecos de wrestling cuando era un crío. Poco a poco, la afición fue a más, y aparte de jugar con sus muñecos, empezó a verse los programas de wrestling que echaban por la tele, como los de la WWF, GLOW, NWA o WCW.
 Él disfrutaba viendo a superestrellas del ring como Hulk Hogan, André el Gigante, Ric Flair y algunos colosos que se fueron perdiendo por el camino. El bueno de Fabrice tenía tanta afición, que decidió claramente cual iba a ser su profesión: wrestler. Para ello, comenzó a entrenarse duramente en el gimnasio para moldear su cuerpo y tener una figura hercúlea.

El esfuerzo en el gimnasio tuvo sus frutos. En 1999, con 19 años, lo reclutó una modesta federación de Louhans, llamada Sportif Louhans-Cuiseaux. Sus comienzos no fueron fáciles en dicha compañía, de carácter amateur, y "ershico" se buscó las peleas y feudos (rivalidades en el wrestlng) en otro lado.

Entre 2000 y 2004, trabajó para las compañías Guingamp y Le Mans, empresas independientes (aunque no eran de carácter hardcore como ECW, IWA Mid-South o CZW). Ya entrado 2004, llegó a París, y allí comenzó a tener combates para Ring of Honor, bajo su filial Saint Germain, dándose el lujo de pelear contra wrestlers como Takeshi Morishima (que tiene buffet libre de tallarines en el restaurante de su primo, al igual que Samoa Joe), Austin Aries, Bryan Danielson o CM Punk, el hombre que por entonces dejaba tiraísimas a las mujeres del público (con el que tuvo una rivalidad, no porque le hubiese aplicado el Shooting Star Press y la Big Patona, sino porque le aplicó a su parienta la posición del misionero y del perrito (para ver dichas posiciones, busquen en el Tubegalore, no vamos a darlo todo masticadito)).

Y en 2007 le llegó su gran oportunidad: llegó a la compañía más importante del mundillo del wrestling, la WWE-Betis. Por aquel entonces, Pancraté era el gran fichaje de la susodicha compañía, se esperaba que fuera el apagafuegos de la empresa, que pasaba por un mal momento. Su primer combate cumplió todos los pronósticos de los expertos que auguraban un gran debut para Pancraté, lean con mucha atención:

Se celebraba el evento principal del Royal Rumble en un gran escenario, el "Madison Square Garden" de Bilbao. Cuando menos lo esperaba la gente, Fabrice Pancraté apareció en el combate saliendo desde el nº 30, y fue comenzando a eliminar rivales hasta que consiguió su objetivo: su victoria en el Royal Rumble, a los 3 minutos de salir. La noticia tuvo sus consecuencias: podría tener su momento estelar (quien sabe, ganando un título en el momento más importante de la empresa). 

Para estudiar la noticia, se intentó contactar con Dave Meltzer, importante crítico de wrestling, pero no estaba disponible y se tuvo que recurrir a un hombre de confianza de esta casa, José MME, que llegó a la siguiente conclusión: "En el momento de marcar en Bilbao Pancraté se convirtió en el mejor jugador, estadísticamente hablando, no ya de la historia bética, sino del mundo del fútbol en general. Su media de un gol cada 50 segundos conlleva una media de 112 goles por partido (en realidad 112.8, es decir, 112 goles y un balón al poste) suponiendo que un partido promedio tiene cuatro minutos de tiempo añadido. Si jugara todos los partidos de Liga completos marcaría en total 4256 goles en una temporada. Si jugara más competiciones hasta un total de 68 partidos (como Messi en 2012) marcaría 7616 goles en un año natural. 7616 goles equivalen a 83 Messis (y 71 Chitalus según Marca y As). Si colocamos 83 Messis uno sobre la altura del castellet sería de 140 metros y 27 centímetros, distancia que si fuera la medida de un meteoro podría destruir la Tierra. Si por cada gol de Pancraté metiéramos un euro en una hucha al final del año podríamos perfectamente comprarnos un Opel Corsa en buen estado, ir y volver a Sydney en avión desde Sevilla tres veces (y un cuarto viaje sólo de ida) o pasar 63 horas en algún local selecto de la ciudad."

Pancraté veía un buen momento en su carrera: los aficionados (incluido un servidor como el que escribe esto) se ilusionaban con él, conseguió llevarse a la chica... Pero ahí se quedó la cosa. Una serie de combates anodinos como un Tag Team match junto a Scotty 2 Hotty contra Snitsky y Heidenreich (este último es el mayor tronco que he visto sobre un ring de wrestling, vean), un One on One match contra Ricky Ortiz o un Triple Treat match contra Vito (el hombre que salía a luchar con vestidos de mujer) y The Boogeyman.

Y cuando menos se lo esperaba, Pancraté se lesionó en medio de un combate, al más puro estilo Joey Mercury o Sabu. Se truncaban así sus sueños de hacer algo grandioso en el WWE-Betis. 

Así pues, tras acabar su contrato con el WWE-Betis, Pancraté ha pertenecido a diferentes compañías, como PWG-Sochaux, París Saint Germain de nuevo, TNA-Newcastle, Chikara-Larisa (no, no tiene que ver con la paraguaya que prometió desnudarse si Paraguay ganaba el mundial de 2010), o su actual paradero, NOAH-Nantes.

Fabrice Pancraté, ese hombre tan luchador, con esos movimientos tan medidos al milímetro...

PD: ¿Cuántos han clicado en "paraguaya" esperando ver mamellas?

3 comentarios:

Quino dijo...

No está mal, me he reido mucho con el calcul ode goles de Pancraté de haber seguido su media de gol/segundos. Muy mítico Pressing Catch, pero joe no conozco a ninguno de los quese nombra en el artículo (que si se me permite se me ha hecho demasiado cargante con tantos enlaces a luchadores) ¿Es que ya no están Adre el Gigante, el Último Guerrero, El Cariñoso, Los Sacamantecas o Jimmy "estaca" Duggan?

Dani dijo...

La lástima de los luchadores de antes es que la mayoría están muertos, Quino. Por ejemplo, André el Gigante ya hace incluso décadas que murió.
Los únicos que quedan de la época son Hulk Hogan y Ric Flair (el Último Guerrero volvió para dar un combate hace unos 5 años en Barcelona).

Quino dijo...

Parece que me voy haciendo viejo, Dani :-(