Antes
que la figura del director deportivo fuese una cosa institucionalizada, los
entrenadores tenían mucho que decir en los fichajes que hacían los equipos, ya
fuera por intereses económicos, por amistad con sus representantes o porque ya habían tenido a sus órdenes al jugador de marras y confiaban ciegamente en él. Pregunten por ejemplo a cualquier bético como
Luis Aragonés le endosó a Solozabal, Otero, Gálvez, Andrei u Oli (en detrimento
de Makaay) o a los sevillistas como al calor del Sabio de Hortaleza llegaron Juanito,
Moacir
o Pedro. Cuando para Fernando Castro Santos se abrió el mercado de fichajes en el
Sevilla FC también tuvo su pequeño antojo y este no era otro que Milorad Ratkovic.
En
principio la contratación del serbio despertó cierta ilusión entre la parroquia
que ardía en deseos de regresar a primera división, no obstante era un jugador
contrastado que venía de hacer buenas temporadas en el Borac, en el Estrella
Roja (con el que se proclamó campeón de la Copa Intercontinental) y sobre todo
en el Celta, que disfrutó de su gran toque con la zurda y sus potentes
disparos y del que fue parte importante de una de las mejores épocas de su
historia durante las seis temporadas que estuvo en el equipo vigués. En contra
pesaba su edad (34 años) y que tan solo había jugado 5 partidos en su última
temporada de celeste, aun así Fernando Castro Santos tenía un caprichito (no
tuvo bastante con Gluscevic, Patri o Rokki)
y el coste de su fichaje era de cero pesetas, así que Carrión no quiso tener
descontento a su entrenador y le concedió su petición.
Como
era su niña mimada, el bigotudo entrenador gallego
contaba con bastante asiduidad con el medio izquierdo balcánico, pero el canoso
a-lo-Kiko-Veneno
(mechón blanco en medio de la cabeza) jugador demostró en los 11 partidos de
liga y en otros 5 de copa que jugó ante rivales tan respetables como el Jaén o
el Cacereño (eliminatoria en la que marcó su único gol como sevillista) y dos
primeras que descenderían aquel año (Salamanca y Villarreal) que ya no estaba
para muchos trotes.
Cesado
Castro Santos en el ecuador de la liga, su sustituto Marcos Alonso no cuenta
para nada con él y junto a Vukicevic
se le da la baja federativa (tan solo seis meses después de arribar a Sevilla) el
día en que se cerraba el mercado de fichajes para dejar libres dos plazas de extranjero
que ocuparían Olivera y Tabaré Silva. Esta dilación en darle la baja le sentó como
una patada en el culo al bueno de Milorad que acabó retirándose del fútbol
asqueado al no darle tiempo de encontrar otro equipo.
Tras
retirarse volvió a Vigo donde colabora con el Celta en distintas
funciones, entrena a equipos de las categorías inferiores (estuvo a punto
de ser entrenador del Pontevedra, pero finalmente los gallegos se decantaron
por Pablo Alfaro), es contertulio en diversas radios locales y como no podía
ser de otra manera, hace disfrutar a los buenos aficionados al fútbol en la Liga
de fútbol indoor.
Gran
recuerdo que guardan de Ratkovic… en Vigo.
3 comentarios:
Señor Gol, cohone??
Usted si que es un señor, Aracnidus! gracias por desvirgar a Ratkovic
¿He escuchado gol de Señor?
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